Innovación y Mejora: El hombre del paraguas

El Juego del Calamar captó mi atención hace algunas semanas. El tercer capítulo muestra el segundo juego, cuando los participantes decidieron regresar a jugar, después de haber votado para no continuar jugando. Las deudas y la necesidad pudieron más que la cordura… Este segundo juego, el panal, consistía en que los participantes debían elegir una forma (círculo, estrella, triángulo o, el más complicado, paraguas).

Luego de que eligieron, se les entregó una caja con una “dalgona” (galleta coreana hecha con azúcar y bicarbonato) y una aguja. En el centro de la dalgona estaba la forma que cada jugador había elegido, debiendo desprenderla del resto de la galleta sin romperla y dentro del tiempo límite de 10 minutos.  

Los participantes no sabían lo que tenían que hacer cuando eligieron al inicio. ¡Las formas como enfrentaron el reto fueron de lo más creativas e innovadoras! 

Veamos qué aprendizajes podemos sacar de este segundo juego: 

Primero:

La jugadora 212 partió con ventaja. Sabía de qué trataría el juego y alertó a uno de los participantes, por lo que eligieron la forma con sabiduría. Además, llevó un encendedor para ayudarse a diluir la galleta de azúcar. Si bien hemos asumido que estaba contra las reglas, lo cierto es que cuando dieron las reglas del juego, no se indicó nada al respecto.  

Moraleja: Conozcamos las condiciones bajo las cuales podemos trabajar, eso nos permitirá ser  sabios en nuestras elecciones y prepararnos adecuadamente. 

Segundo:

La aguja entregada a los participantes era una herramienta que les dieron para hacer frente al reto. Algunos lo utilizaron y lograron salir airosos.  

Moraleja: no descartemos utilizar las herramientas que recibimos. A veces, eso es todo lo que necesitamos para alcanzar el objetivo. 

Tercero:

Otros jugadores no utilizaron la aguja y eligieron romper pedazos pequeños del panal, como Alí, el jugador 199. Empezó a romper la galleta poco a poco, acercándose a la meta lentamente, a paso firme, sin pausa, pero sin prisa.  

Moraleja: la mejora continua tiene características similares al approach de Alí. Los cambios pueden ser incrementales, en sprints, permitiendo alcanzar la meta un paso a la vez.

Cuarto:

Cuando le quedaba muy poco tiempo, el jugador 456 empezó a sudar copiosamente y unas gotas de sudor cayeron en la galleta que empezó a deshacerse. Encontró un quick win y optó por lamer la galleta por la parte posterior cuidadosamente.  

Moraleja: los proyectos, cuando empiezan, suelen tener un plan, una metodología y herramientas previstas. El objetivo no se mueve, pero el plan puede cambiar, la metodología y las herramientas pueden ser otras. ¡A tener los ojos abiertos para ser capaces de ver esos hallazgos y ajustar nuestro proyecto para acercarnos al logro del objetivo! 

Quinto:

Con el tiempo en contra, algunos de los demás jugadores se percatan de lo que está haciendo el protagonista 456 y empiezan a lamer desesperadamente sus galletas para tratar de cumplir con el deadline.  

Primera moraleja: A veces, lo más obvio es dejado de lado. Estar demasiado enfocado en la tarea, nos ciega, nos impide ver la obviedad. Nos concentramos tanto en ejecutar el plan, que dejamos de analizar. Esos deadlines, esos plazos tiranos, nos generan estrés y nos impiden ver lo que tenemos justo allí.  

Segunda moraleja: Mira tu entorno, aprende de los demás y no temas incorporar aprendizajes de otros en el desarrollo de tus proyectos. 

Esta vez, la innovación y mejora continua ha sido salvada. 

SOBRE EL AUTOR

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Patricia Somocurcio Donet es Consultora Internacional Senior, especialista en CRM, gestión de calidad, proyectos estratégicos, de mejora de procesos, clima y cultura organizacional. Certificada en Docencia Digital en UPC, como Agile Coach y Product Owner por CertiProf. MBA con estudios doctorales en Educación.