En la actualidad, el cambio es la constante del día a día. Si tu organización te acaba de comunicar que va a realizar algún cambio y necesitas gestionarlo con tu equipo, te encuentras en el artículo indicado.
Vamos a transitar por cada uno de los pasos que necesitas dar a nivel personal, así como con tus colaboradores, para que se realice de la mejor manera. Aquí vamos.
Lo primero que debemos conocer es que los cambios en general podrían ocasionar miedo, hasta terror, en nuestros colaboradores. Recuerda que no todos procesamos las cosas de la misma manera.
Los líderes, sin querer, podríamos incrementar el temor. Ya sea porque no brindamos el alcance total del cambio, porque nos encontramos desinformados o porque creemos que todos deben entenderlo y aceptarlo desde el inicio.
Cuando informamos un cambio, nuestro equipo no tiene el control de esta decisión, eso sumado a la incertidumbre que podría generarles una nueva forma de trabajo. Te invito a ponerte en su lugar por unos minutos.
Esos cambios súbitos quizás los lleven a preguntarse: ¿Qué habrá detrás del cambio? ¿Por qué quieren cambiar un proceso que lleva tiempo realizándose de una misma manera? ¿Será que quieren reducir personal? ¿Me quieren botar? ¿Estaré preparado? ¿Tendré las habilidades necesarias? Entre otras…
Todas estas interrogantes surgen de manera natural ante el temor. La mente va a reaccionar protegiéndose, mostrando incomodidad. Algunos rechazarán la idea, otros podrían poner trabas e inclusive lanzar profecías como “No va a resultar”.
Los líderes, necesitamos mitigar de alguna manera estos pensamientos. Te propongo que te prepares antes de dar la noticia y conozcas los pormenores del cambio que se va a realizar; es así como debes conocer: El alcance del nuevo proceso, los colaboradores que van a ejecutarlo, los que recibirán ese trabajo, los conocimientos y herramientas que se requieren y el tiempo de implementación. Todo esto te permitirá responder de manera asertiva las dudas y preguntas que podría presentar el equipo.
Pero contar con información clara y aterrizada no es suficiente. Será necesario que, además, tengas las siguientes consideraciones:
Reúnete con todo el equipo involucrado: Los que ejecutarán las nuevas actividades, así como los que recibirán el trabajo. La idea es que todos reciban la misma información de manera clara y sencilla. Absuelve las dudas y preguntas que se puedan presentar y, en caso haya algo que desconozcas, ofrece averiguarlo y responderles de inmediato, cumple el ofrecimiento.
Durante el mensaje, el lenguaje no verbal es importante: Necesitas estar consciente de los gestos que realizas al comunicar el cambio. La idea es que comuniques seguridad y firmeza; esto se logra colocando nuestros hombros derechos, pero de manera cómoda, sin “acartonarnos”. Adicionalmente, mientras hablas, desplaza tu mirada para mirar a los ojos de cada colaborador, además de mover la cabeza (de arriba hacia abajo) en señal de que afirmas lo que dices. Tu rostro debe mostrar una ligera sonrisa, esto permitirá bajar la tensión.
Levanta la lista de temores: Puedes invitarlos a que escriban, de manera individual, los temores y obstáculos que identifican a raíz del cambio que propone la organización, de manera que puedas analizar qué información adicional necesitan, así como qué actividades se deben implementar para mitigar estos obstáculos.
Empatiza con un voto de confianza: Comunica directamente que confías en sus capacidades y habilidades, además de mencionar que los invitas a ampliar su zona de confort laboral y que te comprometes a acompañarlos en el camino.
Una comunicación clara y directa con tu equipo siempre será la mejor herramienta para afrontar los cambios.
SOBRE EL AUTOR:
Katherine Sandoval Farfán, CHRO en BRIGHTEAMS, es especialista en Liderazgo, Clima y Cultura Organizacional con experiencia en la gestión de grandes equipos de trabajo en proyectos para compañías de Telecomunicaciones, Banca, Retail, Seguros, entre otros. Psicóloga de profesión y certificada como Coach.